La Inmortalidad by Milan Kundera

La Inmortalidad by Milan Kundera

Author:Milan Kundera
Language: es
Format: mobi
Tags: nonfiction
Published: 2011-08-26T22:00:00+00:00


La ambigüedad

A Brigitte le había gustado desde su infancia sentarse en el regazo de su papá, pero creo que cuando tenía dieciocho años le gustaba aún más. A Agnes aquello no le llamaba la atención. Brigitte con frecuencia se metía en la cama de sus padres (por ejemplo por la noche, cuando miraban la televisión) y entre los tres había una intimidad física mayor que la que en otros tiempos hubo entre Agnes y sus padres. Sin embargo no se le escapaba la ambigüedad de aquella escena: una chica mayor, con unos pechos y un trasero grandes, se sienta en el regazo de un hombre guapo aún lleno de fuerzas, toca con esos pechos agresivos sus hombros y su cara y le dice «papá».

Una vez se reunió en su casa un alegre grupo de gente y Agnes invitó también a su hermana. Cuando todos estaban de muy buen humor, Brigitte se sentó en el regazo de su padre y Laura dijo: «¡Yo también quiero!». Brigitte le dejó una rodilla libre y las dos se sentaron así en las rodillas de Paul.

Esta situación nos recuerda una vez más a Bettina, porque fue ella y nadie más que ella quien elevó lo de sentarse en el regazo a clásico modelo de ambigüedad erótica. He dicho que atravesó todo el campo de batalla erótico de su vida protegida por el escudo de la infancia. Llevó ese escudo ante sí hasta los cincuenta años para cambiarlo luego por el escudo de madre y acoger ella misma a jóvenes en su regazo. Y volvía a ser una situación estupendamente ambigua: está prohibido sospechar de las intenciones eróticas de una madre con respecto a su hijo y precisamente por eso la posición de un joven sentado (aunque sea en sentido figurado) en el regazo de una mujer madura está llena de significaciones eróticas, que son tanto más sugestivas cuanto más nebulosas.

Me permitiré afirmar que sin el arte de la ambigüedad no hay verdadero erotismo y que cuanto más fuerte es la ambigüedad más poderosa es la excitación. ¡Quién no retiene de su infancia en la memoria el espléndido recuerdo de haber jugado a médicos! La niña yace acostada en el suelo y el niño la desnuda con el pretexto de que es médico. La niña obedece porque quien la examina no es un chiquillo curioso sino un señor serio que está preocupado por su salud. El contenido erótico de esta situación es tan inmenso como misterioso y a ambos se les hace un nudo en la garganta. Y se les hace un nudo aún mayor en la garganta porque el niño no puede ni por un momento dejar de ser médico y cuando le quite a la niña las braguitas tendrá que hablarle de usted.

El recuerdo de ese bendito momento de la infancia me trae un recuerdo aún más hermoso de una ciudad checa de provincias a la que en 1969 regresó desde París una joven. Había ido a Francia a estudiar en 1967 y al



Download



Copyright Disclaimer:
This site does not store any files on its server. We only index and link to content provided by other sites. Please contact the content providers to delete copyright contents if any and email us, we'll remove relevant links or contents immediately.